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  • Foto del escritorDavid Torregrosa

COLLEZIONE: SCALEXTRIC TYCO Porsche 911. Subasta a la baja.

Legorburo fue una familia que, a principios del siglo pasado, ordenó la construcción del edificio que llevaría su nombre justo en el centro de la ciudad de Albacete.


Actuando de podio para el resto de alturas, en el sótano y local comercial a pie de calle se acomodó una popular ferretería que también adoptó el ilustre apellido. Como tantos negocios de antaño, muy antaño, en la diversificación residía una de las llaves del éxito, con lo que una armería y hasta una juguetería convivieron bajo la mítica edificación.

Pero la diversificación dio paso a la especialización y, con el nacimiento de las tiendas volcadas en hobbies, al nuevo catalogo de coches que se avecinaba encabezado por una incipiente Ninco, a las de juguetes no les quedó mayor remedio que aliviarse del stock slotero antiguo y que llevaban años guardando.


Esto supuso un oasis para los aficionados de un hobby que estaba en ciernes de despegar y, desde luego, todo un pulmón de aire para un quinceañero como lo era yo en aquella época, que tenía a disposición autenticas gangas.


Recuerdo ir pasándome regularmente por Legorburo para ver cómo evolucionaba el precio de los Scalextric Tyco y Machbox, que normalmente partían entorno a las 5.000 Pesetas.


4.500, 4.000... algunos modelos, lenta pero inexorablemente, iban bajando el precio como si aquello fuera una subasta a la baja. Algunos volaban antes de que tocasen suelo (desde luego no era el único aficionado en la ciudad, ni mucho menos) pero, por ejemplo, este Porsche con su inconfundible silueta nueveonce se vino para casa a un precio que casi me da un parrús justo ahora que lo he cogido para hacer esta entradilla.



Aquella fue una época muy bonita de cambio y descubrimiento en el hobby. De echo, este Porsche lleva una macarrillas llantas Cartrix en cromado así como una batería de faros adicional presidiendo la delantera o un interior ligeramente customizado, fruto todo ello de muchas horas de juego y competición con él.


No fue un killer, no sembró el caos y la destrucción masiva a su paso, pero es el recuerdo de unos años maravillosos.



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