Si el tema de esta semana en SLOTBOOK son los Number One, desde luego existe un coche al que le sienta como anillo al dedo dicha definición. Por supuesto, hablamos del Toyota GT-One.
Para nuestra gloria este coche nació bajo la obcecación de Toyota por ganar Le Mans, hurgando en el límite del reglamento y, como todo ser cuya forma sigue a la función, sus líneas resultan plenamente armónicas pese a un diseño a todas luces agresivo. En cualquier caso, resulta un coche de una particular belleza. Para desgracia de Toyota, su aura de perder Le Mans teniendo el coche mas rápido les acompañó en las dos y únicas ediciones en dónde esta maravilla participó allá por los 98’ y 99’, firmando, claro está, sendos fracasos.
Irónicamente, en slot ha sido tremendamente prolífico. En definitiva este coche nació para ganar en escala. Pro-Slot lo reprodujo a su manera, pero como buen Pro-Slot, era rapidísimo. Directamente era el coche con el que tenías que correr si querías ganar en las carreras de GT-LMP, con lo que fue el protagonista de muchos títulos de campeonatos de club, regionales, interregionales y, por supuesto, del Campeonato de España de Igualada. Y si lo tuyo eran los prototipos, pues también era tu coche ya que la carrocería es perfecta para competir. La cuestión es que años más tarde, Scaleauto rescataba el molde de la carrocería pero le ponía un chasis en condiciones, por lo que vuelta a empezar. Mas y mas campeonatos adjudicados al GT-One: Campeonatos de España, Top Drivers (ahora MasterSlot) etc, etc, etc…
Si tus inicios en el slot de competición son anteriores al año 2000, desde luego este coche habrás hecho grandes gestas y es muy posible que le debas la mitad de tu palmarés.
O, al menos, este resulta mi caso. Si me pongo a repasar, no son pocos, pero sobre todo bien gordos, lo títulos que me ha brindado esta máquina. Bien parece que, a lo largo de su singladura, ha sido mi pareja de baile perfecta. Repartidos casi por igual entre la etapa de Pro-Slot y la de Scaleauto, así a bote pronto se han venido conmigo dos Campeonatos de Madrid de Resistencia, dos 24 horas, dos Campeonatos de España, e innumerables campeonatos “menores”. Creo que voy a tener muy complicado encontrar otra pareja igual.
Hablando de parejas, la que presento son dos psycho killer de manual, creadas con el único propósito de devastar todo a su paso.
Digamos que el inicio es en 2002, con el mérito que tiene hacer un tercer puesto en las 24 horas de Alcorcón, metiéndonos entre los grandes Madrileños y Catalanes, con un equipo forjado en Albacete que, con nula tradición automovilística y eslotera y con internet técnicamente inexistente, es igual que decir que nos presentábamos desde la nada absoluta. La cuestión es que nos vinimos muy arriba y para el año siguiente, por supuesto, repetiríamos el asalto a las 24 horas sino que, además, participaríamos en el Campeonato de Madrid de Resistencia, cuya primera edición se inauguraría en 2003. La maravillosa Ninco BMW V12 de serie enseguida se nos quedó corta, con lo que pasamos a explorar en profundidad los Prototipos con chasis modificados que se estilaban en la época.
El primer coche que fabricamos de esta serie sería un FLY Racing 911 GT1 al que le acoplamos un chasis HSR de Slot.it en sustitución de su, no muy acertado, chasis original. Cabe recordar que se estilaba correr a unos 15 voltios y era muy importante encontrar un bastidor que no se retorciera al acelerar unos motores dispuestos en línea que rondaban las 27.500 r.p.m. El HSR, con muy alto contenido en carbono, era durísimo y soportaba como ningún otro lo que le echaras.
Este 911 GT1 ganó en su debut en una carrera interregional pero hizo segundo en la primera cita del Madrileño de Resistencia, por lo que tocaba mejorar. La ideaca vino de Oscar Sáez, quien acopló al mismo chasis una carrocería del Pro-Slot Toyota GT-One, que era como cinco gramazos más ligera con respecto al cachalote de Fly. Mucho más rápida, si, pero con esa desagradable querencia a partirse que todos sabemos. Malditos. La solución pasaba por reforzar la carrocería en los puntos críticos y conducir sin hacer el loco para preservar la carrocería.
El primer "Toyota GT-One HSR" debutó ganando la segunda del CMR con una solvencia de unas 50 vueltas con respecto a su perseguidor. Dado los maravillosos resultados, construimos una unidad gemela a la que se le instaló el kit de luces para ganar las 24 horas de Alcorcón con la misma solvencia citada… pero con un cambio de motor incluido antes de que cayera la noche. Las dos pruebas del CMR se resolvieron de igual modo, con lo que estos dos cochecitos pasaron el año 2003 invictos y sembrando el caos y la destrucción masiva a su paso. No se puede ser mas “Number One”.
De los coches en sí, se ve muy bien como las carrocerías están reparadas y reforzadas en su parte frontal, ya que el plástico Pro-Slot es tremendamente quebradizo. El reglamento pedía que la reproducción debiera mantenerse en su vista exterior tal como viniera de origen, por lo que los laterales y el difusor trasero se recortaban del chasis original y se pegaban a la carrocería. La preparación terminaba acoplando un “Lexan” que entonces no quedaba otra que hacerlo con una plancha de radiografía.
Los chasis fueron evolucionando contantemente en la búsqueda por la crucial reducción de peso. Así, la primera unidad mantenía el HRS prácticamente de serie mientras que en 2004, año dónde continuamos compitiendo, el progresivo desarrollo paró en el punto en el que se encuentran. Cabe destacar que son coches que tienen un peso en la misma línea, o incluso algún gramo menos, que con los que se compite actualmente, y del orden de entorno a diez y hasta quince gramos menos de lo que destilaba en la época.
Aquel equipo AlbaRacing (Albacete Racing. Decisión en verdad salomónica, ya que no nos poníamos de acuerdo con ningún nombre) lo conformaron Oscar Saez, Andrés Solichero y Oscar Gregorio. Los coches fueron importantes, pero ellos lo fueron más, ya que sin unos gatillos tan maravillosos capaces de ir tan rápido, muy seguramente esta pequeña historia no sonaría tan épica. Para quien no le suenen los nombres, a la postre de ahí uno sería Campeón Mundial Ninco Cup y otro Campeón Europeo Endurance Slot.it, entre otros títulos. También hay que resaltar la figura de Toni (mi padre, vamos) que no pilotaba pero hacía de chófer, llevaba el control de carrera, se fijaba en los set up, en lo que llevaban el resto, en qué pistas eran mejores… en definitiva, un “Jean Todt” cuya ayuda se notaba, y mucho.
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