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Foto del escritorDavid Torregrosa

COLLEZIONE: NINCO Buggy Schelesser upgrade by AlbaRacing. ¿Liberté, Égalité y Fraternité?

Actualizado: 24 ene 2022

FRANÇAIS.


Tema especialmente delicado el de esta semana en SLOTBOOK para un subscriptor cuya incontinencia con los chascarrillos, clichés, bromas y sátiras de cualquier índole es manifiesta. Así pues imaginad, Francia como tema principal de por medio, lo que puedo empezar a soltar de un momento a otro.


Y aquí cabe hacer un hincapié al lector pues, si te está viniendo a la mente la secuencia de los miembros de la resistencia francesa de Top Secret, que sepas que no somos tan diferentes. Y, si te sabes todos sus nombres, ¡somos almas gemelas!


La resistencia francesa, a saber: Ohlalá, Cestlavie, CanCan, Parebrise, Toureiffel, Croissant, Souffle, Crepelie y Cafeaulait.

Pero que vaya por delante, para aquellas personas suspicaces o con la piel finita (por no llamarlos

ofendiditos, que parece que últimamente me sale alguno que otro) que, cuando ‘arremeto’ hacia un hecho no es necesaria ni estrictamente personal.


Me explico. Cuando digo que en las 24 du Le Mans Slot Digital los franceses nos clavaron 75 vueltas de penalización en una verificación ‘sorpresa’ que se sacaron de la manga en mitad de la carrera, al único equipo español que iba a meter un repaso de tres pares de cojones en la categoría GT, con la escusa de que <<the front axle is 0,5mm out of the size>> (el eje delantero está 0,5 mm fuera de medida) cuando ya había pasado las verificaciones pertinentes previas a la competición y, con todo y con eso, todavía nos metieron un acumulado de 16 minutos de Stop & Go por alcances, porque se quedaron muy cortitos con su estimación pensando que solo 75 vueltas iban a hacernos mella; evidentemente no me refiero a que todos los franceses sean unas ratas cobardicas y miserables que, a falta de una buenas gónadas con las que plantar cara en pista, solo puedan ganar intentando otro tipo de artes (véase los Mini en el rally de Monte Carlo, la prohibición de los motores rotativos, el banderazo a cuadros en Mónaco ’84… alguien iba a ganar pero un francés decidió que no) si no que, me estoy refiriendo, a que una persona o ente muy concreto, actuaron de forma **deshonesta y traicionera.


-‘Pero no todos los franceses son así’, espetará cualquiera y la razón no le quitaré. Pero, por aquello de economizar lenguaje y porque históricamente los franceses han actuado demasiadas veces bajo el mismo modus operandi, quizás sea políticamente incorrecto acuñar el término ‘francés’, ‘a la francesa’ a esta forma de no dejar ganar, como cierto es que no parece que les preocupe mucho esta asociación de ideas.


Entonces ¿es personal? Quizás un poco si. Tal vez. Es que en realidad, cuando generalizo sin matizar, lo que realmente espero es ver arder el mundo, por mero placer. Ya está, sin más, no tengo remedio del Señor.



En 2013 hablé maravillas de aquella edición.

En cualquier caso, para quien quiera estar pensando mal, hace unos años publiqué para Mas Slot un artículo entero, de varias hojas, en las que no cabía dentro de mi gozo tras acudir por primera vez a Le Mans Digital. Por eso digo que no es personal. Es que, como digo una cosa, también digo la otra, aunque una de gustete y la otra escozor.


En mi garaje hay de todo y coches franceses no faltan, aunque no son mi predilección. Me parecen… pues eso, franceses. En general son coches bien hechos, normalmente bien diseñados pero que, a la vez, no despuntan en nada en concreto. Con los que han competido me ocurre un poco lo mismo, me queda que las batallas épicas y gloriosas las he vivido con otras marcas, nunca con una relacionada con el país galo. Sé que estoy equivocado y que todo esto no es cuestión de si es mejor o peor sino de afinidad. Reconozco que no tengo gran afinidad con las marcas del país vecino. También se que no pasa nada y que es divertido y enriquecedor cuando nos cruzamos los buenos aficionados al motor a intercambiar pareceres.


Mi falta de afinidad es tal, que me ha costado concretar uno para traerlo aquí hasta el punto de tener que repasar visualmente hasta dar con el que os traigo. A primera vista puede que sea un poco raro reconocer al BUGGY SCHLESSER Upgrade by AlbaRacing.


Antes de nada, lo que es el coche en sí, fue proyectado por el propio piloto Jean-Louis Schlesser (Oh! sorpresa) Pero poca información más he encontrado o recuerdo salvo que la empresa que lo ejecutó fue la estadounidense Race Cars Dynamics, que el propio Jean-Louis intervino en la FIA para que los Buggys, como el suyo de propulsión trasera, pesaran unos 1.200kg frente a los 1.700 de los 4x4 (otra vez volvemos a que si el término francés se refiere a…) que, además, los Buggys incorporaron un definitivo sistema de autoinflado de ruedas (vital para cambiar la presión según se rueda por arena, piedras, pista…)


Si no me equivoco, el primer apoyo fue de Renault (motorista principalmente) y luego de Ford. La versión de Ninco es esta última.


Palmarés no le faltó: 2 Dakar, 5 mundiales, 6 Africa Race y chorrocientas rally y bajas como el de los Faraones, de Marruecos, la portuguesa, la italiana…


El cochecillo de slot viene porque en Costablanca Slot Racing de Alicante tenemos una pista de Raid y regularmente organizamos carreras. La pista es fija, de 4 carriles y, la cuestión, es que los socios que la llevan se han ido viniendo arriba en dificultad y los coches que pueden atravesarla sin problemas, como poco, los de Ninco preparados pero ya de la serie que incorporan el brazo de guía largo, como es el caso que nos ocupa.


El buggy NINCO original.

El Buggy vino de segunda mano de parte de un socio y amigo del club, Federico Chazarra, que rápidamente se prestó a ofrecerme un vehículo con el que yo también pudiera competir. Pero ocurre que, para no variar, no me sé estar quieto y le metí mano con la idea de tener un TT de diseño actual. El trabajo sobre la carrocería original se centra en que los laterales de la carrocería salgan de detrás de las ruedas delanteras (en vez de estar enrasadas) y el agrandado de los pasos de rueda traseros. Para estos últimos, sencillamente con cortar material fue suficiente, mientras que en la parte anterior hubo que hacer un preciso corte recto, doblar y dar forma hacia dentro en forma de “S” y rematar con una plancha la oquedad dejada tras toda la operación. El rediseñado alerón elevado termina de dar el toque actual que buscaba y los colores de guerra AlbaRacing rematan un conjunto con el que estoy muy contento.


El chasis original está modificado para que las suspensiones tengan el doble de recorrido. También está reforzado para soportar todos los envites que tiene que aguantar con la enorme cantidad de lastre lleva. Las ruedas son de un diámetro mayor y, pese a que todo esto redunda en un comportamiento superior, ni de lejos alcanza a los fieras con chasis Mitoos metálicos especializados en esta categoría.


Así pues, el coche lo tengo guardado junto a otros dos indultos: esa clase de coches creados a fin de competir, pero que luego quedaron tan bien que luego no gasté ningún esfuerzo en hacerlos andar y terminaron como coches de colección.




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